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¿Por qué existe el sexo?


El sexo es una necesidad, en este caso fisiológica, al igual que lo es comer o beber. 

El sexo es una necesidad, pero… ¿qué es una necesidad? Una necesidad es cualquier condición inherente a la persona que es esencial y necesaria para la vida, el desarrollo y el bienestar.

Vayamos un paso más allá. Tenemos claro que el sexo es una necesidad. Vamos a añadir que, para aquellas personas que me habéis leído o escuchado en alguna charla o taller, remonto o explico ciertos comportamientos del ser humano volviendo atrás a las épocas de las cavernas. Y entonces es cuando nos preguntamos: si el ser humano ha seguido avanzando, ¿por qué el sexo ha seguido existiendo? Y me diréis, “Patri, que pregunta más tonta”.

Pues sí, que pregunta más tonta. Pero no es tonta. Se supone que sobrevive todo aquello que resulta útil o beneficioso para la especie humana. Pero… si sobrevive lo que resulta adaptativo… entonces, ¿no sería más fácil poder reproducirnos solos, quiero decir, sin necesidad de tener a otra persona que necesitar para reproducirse?  Ahora es cuando me diréis, “Patri, ya se te ha ido la cabeza”.

A ver, volvamos a la cuestión. La finalidad del sexo es reproductiva, ¿no? O al menos lo era en la era de la caverna. Esto en realidad es una gran complicación evolutiva, principalmente porque requiere de un intercambio de material genético entre dos organismos, dos personas, requiere de gasto energético. A pesar de los costes y las condiciones, podemos afirmar que evolutivamente la reproducción sexual conforme la conocemos a día de hoy fue exitosa. Es decir, la reproducción sexual ha sido seleccionada en el proceso de selección natural. La razón, a pesar de los costes, sería porque aporta diferencias individuales y hace que cada persona sea distinta.

A día de hoy tal vez el sexo no se use principalmente como función meramente reproductiva.

La necesidad parece haber cambiado de finalidad, pero no nos equivoquemos: la vida es posible sin sexo, pero no sin reproducción.

Ahora bien, siempre podemos aprovechar esa necesidad para liberar hormonas que nos hacen sentir mejor, activar nuestros sistemas de recompensa, e invertir tiempo en nosotrxs para conocer mejor nuestros gustos. Esta segunda parte sí que es, en muchos casos, una asignatura pendiente…

 

Patricia Flor

Psicóloga Jurídica y Mediadora Familiar Col. CV14213

Centro de Psicología y Mediación Familiar Patricia Flor

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