Claves para no discutir en una comida familiar
Somos personas humanas (o eso espero). Cada una de ellas con un cerebro propio, con unas redes propias, con unas neuronas propias, con unas sinapsis propias, con unos recuerdos evocados en experiencias pasadas propios, con una personalidad, gustos y preferencias distintos.
AFORTUNADAMENTE, he de decir. Y en letras mayúsculas. Todos estos factores hacen propicio que existan diferencias individuales (asignatura de primero de carrera, lo cual indica que podría ser una clara base en lo que sabemos sobre Psicología). En resumen: el título es falso. Discutir vamos a discutir. La abuela porque no comemos suficiente, el abuelo porque la abuela está diciendo que no comemos suficiente, la tía porque el primo ha llegado tarde, la otra tía porque quiere ver el discurso del Rey, la madre porque ya están discutiendo el hijo y la prima con el tío que les está pinchando. Claro, esto podrían considerarse discusiones sin importancia.
¿Qué pasa cuando tenemos que repartirnos las comidas y cenas navideñas entre la familia de una parte y la de la otra? ¿Y si tenemos amigos, cenas de trabajo, más amigos? Sea como sea, la comunicación y el diálogo desde el respeto van a ser nuestros mejores aliados. ¿Cómo se consigue? Velando por los intereses de TODOS, no solamente los nuestros.
PARA Y PIENSA:
- ¿Cuál es la situación?
- ¿Cómo me siento y cómo pienso yo?
- ¿Cómo se siente y qué piensa la otra parte?
- ¿Cómo podríamos conseguir que no sintamos mejor ambas partes? Propongamos alternativas y escojamos.
- Probar y evaluar.
Y ahora es cuando me diréis: “qué fácil lo dices, con esa persona no se puede hablar”. Vale. Vosotras/os conocéis la situación, y probablemente tengáis razón. Estamos a tiempo de intentarlo. Y si no funciona, buscar otra solución.
¡Ya me contaréis!
Patricia Flor
Psicóloga Jurídica y Mediadora Familiar Col. CV14213
Centro de Psicología y Mediación Familiar Patricia Flor