Conciliación, ese gran desconocido.

En la sociedad actual existen diversas formas de formar una familia (que sean más fáciles una que otras es otra de las injusticias sociales de las que me encantaría hablar algún día). Vamos a centrarnos en familias biparentales las cuales ambas trabajan.  Esta situación familiar ha sido investigada desde el paradigma del estrés laboral con respecto a la incompatibilidad entre las demandas del trabajo y familiares. Esto puede ocasionar un conflicto, que vendría influido por el contagio de las emociones y sentimientos de experiencias estresantes, relacionado con los términos “spill over” (generalización del estrés del trabajo a casa) y “cross over” (traspaso del estrés de persona a persona). Dicho conflicto del trabajo y familia puede ser debido al tiempo, al agotamiento o tensión, o debido a conductas incompatibles de rol. El mayor de los conflictos es cuando aparece la situación en la que tienes que elegir entre familia y trabajo.

En línea con los estudios de familias de doble ingreso, se ha comprobado la existencia de 4 patrones respecto a roles familiares. El primero de ellos es el acomodaticios, cuando uno de ellos se dedica más tiempo al trabajo y menos a la familia, y el otro al revés. El segundo de ellos es el aliado (50-50), en el que ambos tienen mayor implicación en la familia o en el trabajo. Una tercera posibilidad es el adversarios, en el que ambos tienen mucha implicación en el trabajo y poca en la familia (aunque sí que la valoran); este tipo de patrón es posiblemente el más conflictivo, peor y el que mayor estrés acogerían). El último de ellos es el acróbatas, en el que dan mucha importancia tanto al trabajo como a la familia; este tipo de patrón es el mejor, aunque ello no evita el conflicto y estrés).

Creo que el patrón ideal está claro. Ahora bien, ¿cuál es el vuestro?

 

Patricia Flor

Psicóloga Jurídica y Mediadora Familiar Col. CV14213

Centro de Psicología y Mediación Familiar Patricia Flor