¿En todas las relaciones hay secretos?

Imagínate que tienes pareja y acabas de iniciar un trabajo nuevo. Es una empresa de tamaño medio. Hay un compañero o una compañera que trabaja en tu mismo departamento que te parece atractivo/a. Pero tú quieres a tu pareja. Una noche, os vais todo el departamento de cena de trabajo, y te acabas “enrollando” con esa persona que te parece atractiva. Solo ha sido un beso. ¿Ahora qué? ¿Se lo cuentas a tu pareja? ¿Se lo ocultas? ¿Lo consideras una infidelidad? ¿Qué harías?

El ejemplo anterior tal vez sea un ejemplo “extremo”. Si nos centramos exclusivamente en la infidelidad, probablemente las diferencias individuales sean muy relevantes a la hora de exponerle a tu pareja lo ocurrido o no. Otra variable que medie o influya tal vez sea vuestra experiencia pasada ante una infidelidad, tanto si has sido tú el que la comete o tu pareja (dependerá entonces de cómo hayamos reaccionado y los aprendizajes que realizamos de ello: tal vez nos hayamos habituado a hacerlo… o tal vez sea otra cosa lo que nos pasa). Esto creo que ya lo he comentado, pero, según las investigaciones, existen un gen que te “vuelve” más predominante a ser infiel o no.

De cualquier manera, sea un “secreto” insignificante, pequeño, o gigante, tengamos en cuenta que la confianza y por tanto la sinceridad tiene que ser uno de los pilares de una relación sana y fuerte. Y que tal vez sea más importante cuestionarse por qué queremos esconder el secreto, o contar una mentira piadosa, cuál es el propósito o la intención de ello, y si en el fondo tememos algo.

Ante la duda, no hagamos algo que no queramos que se sepa, y si hay algo en nuestra pareja que no nos cuadra, lo mejor es hablarlo (sin acusar, sin prejuzgar), dialogar. Si creemos en nuestra pareja, creeremos su palabra. Si aún así hay desconfianza… entonces mejor buscamos otra solución.

 

Patricia Flor

Psicóloga Jurídica y Mediadora Familiar Col. CV14213

Centro de Psicología y Mediación Familiar Patricia Flor