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La adicción de la falsa felicidad


La adicción de la falsa felicidad

¿Habías escuchado hablar alguna vez sobre la onimanía?  Pues os desvelo rápidamente lo que es. La oniomanía es la adicción a las compras. Se trata de un problema psicológico que ocurre más frecuentemente en mujeres y es provocado por el sistema de creación de necesidades que existe en la actualidad. La creación de unas necesidades que hacen que creamos que teniéndolas seremos más felices, aunque en realidad acaba siendo una felicidad momentánea y temporal. Y es que la sociedad nos bombardea con descuentos, ofertas, Black Fridays, rebajas, mid season sales… y otra infinidad de nombres en inglés y súper ofertas aparentes que lo único que hacen es afectarnos a nuestro bolsillo y en ocasiones incluso hasta nuestra propia salud.

Necesidades.

Eso es lo que nos crean. Si conocemos o buscamos información sobre las necesidades humanas reales, nos daremos cuenta de que no existe una necesidad primaria o secundaria de ir de compras o tener lo último en teléfonos. Pues bien, un resumen rápido para aquellos que no conozcan lo que voy a explicar: existen dos tipos de necesidades humanas, las necesidades primarias y las necesidades secundarias. Las necesidades primarias están relacionadas con cosas de naturaleza biológica, como podría ser el hambre, la sed o el sexo. Mientras que las necesidades secundarias están relacionadas con cosas de naturaleza social, como podría ser la necesidad de logro, de afiliación, de poder, de bienestar,… y son en estas en las que se basan los publicistas. Por tanto, obviamente las compras no son una necesidad primaria o secundaria, pero aun así caemos en la trampa. ¿Por qué? Porque nos hacen pensar que no estamos satisfechos con la vida que tenemos. Vemos a personas felices, seguras, con poder adquisitivo… y nos crean esa falsa felicidad al comprarlo, porque, tal y como comentaba al principio, es una felicidad momentánea (quizá cuando revises tu cuenta bancaria se te quite la felicidad de golpe…).

Hay personas (hombres o mujeres) que están más predispuestos a una posible adicción a las compras. Alguna de las características predominantes de ellas son: uso de las compras como escape al malestar emocional, características de personalidad concretas como la impulsividad, baja tolerancia a la frustración y a la demora en la recompensa (buscan la satisfacción inmediata), baja autoestima, e insatisfacción personal. Además de esto, reconocer a una persona que sufre oniomanía puede o no ser una tarea fácil. Aquello más característico si queremos reconocer a una persona adicta a las compras es la acumulación excesiva de artículos adquiridos innecesarios que los guarda por si puede darles uso en un futuro, o bien en ocasiones lo que compra no lo hace para su beneficio propio sino como obsequio para otra persona.

¿Y lo peor de todo?

A cualquiera le puede ocurrir. No tiene nada de malo darse un capricho, por supuesto, pero teniendo en cuenta que te lo compras porque lo necesitas y no para satisfacer una necesidad emocional. ¿Cómo podemos evitarlo? Llevando o calculando el dinero máximo a gastar, planificar las compras, y ordenarlas por prioridad o importancia. Y ahora… ¡a pensar antes de comprar!

Patricia Flor

Psicóloga y Mediadora Familiar

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