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¿Las mujeres son el sexo débil?


Las mujeres: qué diferentes somos con respecto a los hombres. 

O eso dicen… ¿será cierto? Esta pregunta tal vez es en realidad una obviedad. Somos biológicamente distintos, no solamente anatómica y fisiológicamente, sino en aspectos psicológicos y cerebrales también.

A lo largo de la historia, las mujeres hemos sido vistas como las débiles, las que quieren ser rescatadas, como neuróticas e histéricas. Vamos a analizar entonces alguno de estas diferencias.

A grandes rasgos, los hombres se caracterizan por tener ser mejores o más precisos estimando costes temporales (cuánto tiempo te va a costar realizar una cosa), y son más rápidos realizando cálculos mentales. Las mujeres, en cambio, son mejores que los hombres en las relaciones humanas, reconociendo cambios emocionales, y llevando a cabo tareas planificadas.

A nivel de estructuras cerebrales también se observan diferencias.

Ya sean diferencias de tamaño de las estructuras, o del número de las neuronas en diferentes zonas cerebrales. Hay estudios que muestran la existencia de diferencias cerebrales entre ambos sexos, incluyendo áreas de procesamiento cognitivo (hipocampo, por ejemplo) y emocional (amígdala, por ejemplo). De forma similar, existen claras diferencias entre varones y mujeres en niveles de varias hormonas y neurotransmisores del Sistema Nervioso (serotonina, andrógenos y estrógenos, entre otros).  Pero OJO: todas estas diferencias son diferencias anatómicas. Podemos supone que pueda ello tener consecuencias sobre el funcionamiento cerebral o el comportamiento de mujeres y hombres. Pero no asegurarlo. Pues aunque hayan studios que repliquen estas diferencias anatómicas, la muestra y metodología de ellos tal vez no sea idónea como para poder concluir que tenga efectos en los patrones conductuales de mujeres y hombres.

Lo que sí que podemos concluir es que existen diferencias cerebrales. A esto se le llama dimorfismo cerebral. Y las consecuencias es que sean distintos, y podamos entender que existan diferencias entre el juego infantil, diferencias de personalidad y a nivel emocional, diferencias en preferencias laborales.

Las mujeres tenemos unas características determinadas, al igual que los hombres. Pero no por ello requieren de etiqueta. Cada vez más los estudios tienden a realizarse de forma longitudinal, es decir, que no se recogen los datos en un solo momento puntual, sino que se recogen datos sucesivamente a las mismas personas (a poder ser) para estudiar las diferencias individuales (lo que se llaman aspectos dinámicos). Y son estos aspectos dinámicos e individuales los que hay que tener en cuenta, no categorizar tanto a nivel general.

 

Patricia Flor

Psicóloga Jurídica y Mediadora Familiar Col. CV14213

Centro de Psicología y Mediación Familiar Patricia Flor

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Geary, D.C. Chapter 8: Sex differences in brain and cognition. Male, Female: the Evolution of Human Sex Differences. American Psychological Association Books. ISBN: 1-55798-527-8.
Blum, D. Sex on the Brain: The Biological Differences Between Men and Women. Penguin, 1998
Kimura, D. – Sex and Cognition. MIT Press, 1999