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¿Porqué te gustan los retos?


El funcionamiento del cerebro humano puede parecer muy complejo, pero realmente obedece a una lógica muy básica: la necesidad de sobrevivir. Pero entonces, ¿porqué las personas en ocasiones realizamos actos que van absolutamente en contra de eso? Esto es debido al sistema de recompensa del cerebro. Este sistema es un conjunto de mecanismos realizados por nuestro encéfalo y que permite asociar situaciones a una sensación de placer. Primero, en la vía mesolímbica, se segrega la dopamina (la comúnmente denominada “hormona de la felicidad”). Desde ahí la transmisión de información pasa al sistema límbico, donde se generan las emociones, y más concretamente en el núcleo accumbens donde se asocia la sensación de placer. Todo ello pasa al lóbulo frontal y se integra de forma de motivaciones.

Con todo esto lanzo una pregunta: ¿porqué los deportistas, y sobre todo con lo que más cercano me pilla, deciden realizar retos tan complicados y fuera de lo común haciendo carreras como la MIM (Maratón y Media, 63km corriendo por la montaña) o la CSP (Castellón Peñagolsosa, 118km corriendo por la montaña)? Paradójicamente, para llevar a cabo una carrera de larga distancia, travesías a nado de larga distancia, campeonatos de fútbol 24 horas,… se necesita tener, además de motivación, una cabeza muy buen “amueblada”. A nuestro cerebro le resulta mucho más recompensante aquello que es difícil y que se consigue con mucho esfuerzo, aquello que resulta prohibido. Y sobre todo a las personas que denominaríamos “adictas a la adrenalina”. Y así es. La sensación de liberación de dopamina en momentos tales se vuelve irresistible.

Centrándonos en el cerebro de los corredores, “Investigadores de la Universidad de Arizona (AU), en Estados Unidos, han comprobado mediante imágenes de resonancia magnética (IRM) que los cerebros de los corredores de carreras de resistencia tienen mayor conectividad funcional que los cerebros de los individuos más sedentarios. Los corredores, en general, mostraron mayor conectividad funcional –o conexiones entre distintas regiones del cerebro– en varias áreas del cerebro, incluida la corteza frontal, que es importante para las funciones cognitivas como la planificación, la toma de decisiones y la capacidad de cambiar la atención entre tareas. Curiosamente las áreas del cerebro donde se vió más conectividad en los corredores son también las áreas que se ven afectadas a medida que envejecemos, por lo que realmente plantea la cuestión de si ser activo cuando se es un adulto joven podría resultar potencialmente beneficioso y, tal vez, tener cierta resiliencia contra los efectos del envejecimiento y la enfermedad” (extraído de www.levante-emv.comel 20 de abril de 2017).

Quizá los deportistas no estén tan locos como algunas personas piensan… quizá sea por superviviencia pensando en un futuro… quizá.