¿El enamoramiento existe?

Cada vez me doy más cuenta de la obviedad de las preguntas que hago: ¿el enamoramiento existe?

Sin embargo, en la sociedad de hoy en día, o al menos lo que parece estar ocurriendo, el enamoramiento es cada vez más complicado. Y no solamente por una cuestión de poner en duda al amor (que muchas personas tal vez hayan dejado de creer en él, pero yo sigo pensando que es una emoción y por supuesto que existe, aunque igual no como las personas que han dejado de creer en él lo ven).

El enamoramiento se ha estudiado desde varios campos de la psicología. Uno de ellos ha sido el campo neuropsicológico y neurobiológico (temática que me encanta). Tal vez sea bien conocido las similitudes que tiene el cerebro enamorado con respecto al de una persona con un Trastorno Obsesivo Compulsivo, y no solamente porque se activan áreas o campos similares, sino también por los cambios neurobiológicos y hormonales que tienen lugar. Por ejemplo, nuestro nivel de cortisol aumenta cuando estamos separados/as de esa persona, como si quisiéramos encontrarla o estar junto a ella el mayor tiempo posible.

Marian Rojas dice que empezar una relación hay que empezarla con cabeza, cuando la parte racional vuelve a activarse, porque mientras estamos enamorados/as es como si viviésemos en esa nube o esa obnulibación que no nos deja ver con claridad. Entonces es cuando todo vuelve a esa normalidad cuando nos damos cuenta, como si una venda en los ojos se nos acabase de caer. Lo ideal, en el mundo idea, sería mantener esa racionalidad en cada una de nuestras citas, pero claro, esto es más fácil decirlo que hacerlo. Por eso podría ser recomendable tener una lista de lo que no nos gusta y de lo que nos gusta previo a encontrar a esa pareja, pero también durante las citas para poder pararnos a pensar en ellas y analizarlas. Por ejemplo, una lista negativa de lo que hayamos visto antes de que nuestra mente lo obnubile y lo haga parecer de color de rosa.

Y como dice Patri Ramírez, si algo nos chirría, habladlo con un amigo, un familiar, alguien de confianza, que tenga en el suelo y la cabeza amueblada, para así evitar normalizar cosas que no lo son.

 

Patricia Flor

Psicóloga Jurídica y Mediadora Familiar Col. CV14213

Centro de Psicología y Mediación Familiar Patricia Flor

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