¿Por qué ser una persona reservada no es bueno?
Una persona reservada podría definirse como aquella persona que no expresa sus emociones o no comparte abiertamente lo que le pasa por la mente y siente.
Tras situaciones intensas (positivas o negativas) las personas tendemos a pensar y dar vueltas a lo ocurrido. A esto se le llama rumiación. Pongamos un ejemplo. Imagina que el chico que te gusta acaba de dejarte en casa y para despedirse te ha plantado un beso en los morros. ¿Le darías vueltas a esto? Estoy segura de que sí.
Aunque resulta de un proceso adaptativo para poder tomar consciencia de lo ocurrido, tenemos que buscar estrategias para poder afrontarlo. En el siglo y época en la que vivimos, una de estas formas que está tomando auge parece que sea compartirlo en redes. La efectividad de ello no vamos a entrar, pero sí es cierto que podría recibir diversas respuestas que ayuden a cambiar de perspectiva y dar una visión distinta de donde estábamos poniendo el foco. Si tuviésemos que entrar en debate, claramente cogería a James Pennebaker para justificar que sí me parece una buena forma de afrontamiento, dado que compartir lo que sentimos y expresarlo tiene efectos beneficiosos tanto a nivel emocional como biológico. Ahora bien… con quién se comparte es donde está la clave.
Y tú, ¿compartes o no compartes?
Patricia Flor
Psicóloga Jurídica y Mediadora Familiar Col. CV14213
Centro de Psicología y Mediación Familiar Patricia Flor
Sígueme en Redes Sociales